Después de una borrachera que termina en la cárcel, el locuaz y charlatán Oh Dae Su ha sido secuestrado. De pronto aparecerá en una especie de cuarto de hotel con todo y televisión, en el que le dan de comer y cada tanto lo rocían con un tipo de gas, con lo que se queda dormido. A veces pregunta, grita y maldice ya que no sabe el porqué de su encierro. Sin embargo, a poco más de un año de su secuestro, se entera por la televisión de que es el principal sospechoso del asesinato de su esposa. Según la policía, sus huellas estaban en diversos objetos del lugar del crimen. Además, no volverá a tener noticias de su hija. Entonces decide escribir una especie de diario con el fin de explicarse a quién pudo haberle hecho un daño como para tener que sufrir por ese encierro. Tras quinces años de cautiverio, hace enormes esfuerzos para no perder la razón, entrena su cuerpo con peleas contra la pared para cuando tenga oportunidad de la venganza, y comienza a rascar un agujero en uno de los muros. Sin embargo, cuando finalmente logra aflojar un tabique y sentir nuevamente el aire del exterior en su mano, es decir, cuando está a un paso de escapar, es dejado en libertad al otro día en la azotea de un edificio. Una vez liberado sólo piensa en la venganza, sobre todo porque la persona que lo encerró está jugando con él, pero ¿por qué le encerró, por qué le dejó en libertad? La mente de Oh Dae Su estará repleta de preguntas que deberá resolver en cinco días o matarán a su hija.
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